Cuando el alcalde de Santander, Íñigo de la Serna, lanzó anoche el chupinazo de la Semana Grande hacía ya horas que estábamos desmadrados. Exactamente desde la una de la tarde, cuando se abrieron las casetas de los bares instaladas en las calles. Fue el regidor santanderino y el presidente de la Asociación de Hostelería Emérito Astuy (que se estrena este año como consejero de la Plaza de Toros de Santander) quieres abrieron la espita de los cañeros en la Plaza de Alfonso XIII. Allí estábamos yo y mi asistenta cubana, la Daisy, tomando el aperitivo de langostino con rebozado de patata que pone Angelines Güemes, de La Nuncia. Está como loca (de contenta). El año pasado vendió 9.500 pinchos. En estos días de Semana Grande iniciada ayer está segura de que supera esta ‘marca’.
No estará este año detrás del mostrador de la caseta del Hotel Santemar su hasta ahora director, Francisco Agudo, nombrado director general de Turismo por el consejero Eduardo Arasti, antes concejal santanderino. El año pasado lucieron el pañuelico azul de fiestas al cuello. Se supone que este año también lo harán. Las fiestas de Santander antes se llamaban de Santiago y ahora Semana Grande. Es lo mismo, la cosa es pasárselo bien, como tiene entre sus planes el exmatador de toros Sebastián Palomo Linares. Está en Santander hasta fin de mes y expone 23 cuadros en el Hotel Real, que tiene a la venta entre los 1.200 y los 7.000 euros. Es la primera vez que exhibe sus acrílicos y mixtos en una muestra individual. Hace años expuso en Artesantander, en las colectivas de las galerías Eduma (de Linares) y Llamas (de Bilbao). Todo esto me lo cuenta mientras tomamos la copa de apertura de las actividades taurinas en el Real, bajo la supervisión de José Luis Maroto, el experimentado maître, y el director comercial Iván Barranco. Y controlándolo todo, como siempre, del director general del establecimiento, Koldo Díaz. Asistieron 500 personas, entre ellas Carmen Martínez-Bordiú y su esposo José Campos. Le pregunto a Palomo Linares por su esposa, la guapísima Marina Danko, «no ha venido. Está en América con su familia». Durante su estancia en Cantabria, Palomo se dedicará a visitar la región y jugar al golf (su otra gran pasión) por todos los campos. Y a disfrutar de la lluvia «que me encanta»… No están tan contentos con este verano cántabro inexistente (lluvia, frío, nubes…) los que veranean en nuestra tierra. En Noja está Pilluca Pezzi, vicepresidenta de la Casa de Cantabria en Madrid. «Este julio, de sol nada», me dice. Está negra, pero no de morena. Así que se dedica a preparar la entrega de los premios Emboque de Oro, en agosto próximo en Santander. Y a organizar el día de la Bien Aparecida en Madrid, el 25 de septiembre, con presencia del rabelista montañés Chema Puente, que leerá el pregón. En Comillas hay turistas, pero negocio poco. Llamo al hostelero Pablo Burgos, que con su hermana Beatriz regentan ‘El Jardín de La Montañesuca’ y ‘El bar del Arzobispo’. «Aquí estamos, en la lucha», me dice. La frase lo resume todo.
También estará solo en Santander Enrique Ponce. El torero valenciano vendrá sin su esposa Paloma Cuevas, embarazada del tercero de sus hijos. El segundo se perdió en la gestación, así que la guapa y delgadísima no quiere moverse mucho este verano. En su primer embarazo no la vimos ni un día con barriguita. Estuvo oculta a los fotógrafos. Y hoy, a la una de la tarde, María Jesús Gómez Fuentes lee el pregón de la Semana Grande del Hotel Palacio del Mar, que dirige Leticia Renedo Hormaechea.