Guion: Marta González de Vega, Benigno López, Segura.
Música. Roque Baños, Tessy Díez.Fotografía: Kiko de la Rica.
Reparto: Maribel Verdú, Candela Peña, Diego Martín, Rafael Spregelburd, Cristina Pedroche, Santiago Segura, Cristina Castaño, Bárbara Santa-Cruz, David Guapo.
Género. Comedia. Salas: Cinesa y Peñacastillo
Precisamente son los rodeos, los círculos desconcentrados y periféricos, los que diluyen esta comedia de trasfondo amargo, sus intenciones y disparos. Salvo un momento central en el que el personaje interpretado a la perfección –como casi siempre– por Maribel Verdú, toma las riendas, el resto es humo, en ocasiones patetismo, cuando no un deslavazado conjunto vacío de supuestas divertidas escenas en torno al personaje que pasa de víctima inconsciente a zarandear a su entorno. Santiago Segura, que abandona su Torrente y también sus torrenciales desbordamientos de discutible comicidad, firma una comedia que de no haberse distraído con cameos, banalidades y guiños televisivos hubiese sido un revolcón de neorrealismo negro, muy negro, con la mujer como pulso y epicentro. Pero el retrato de la mujer madura que muta su crisis por un bofetón a los tópicos y estereotipos, está subordinado a chanzas jocosamente desperdigadas, algunas interpretaciones lamentables y persones sobrantes. Al igual que el Alex de la Iglesia de ‘Perfectos desconocidos’, Segura lleva a su terreno, a modo de remake entusiasta, una cinta ajena a la filmografía española, en este caso la producción chilena ‘Sin filtro’. La acidez, el bocado de realidad que se zampa el personaje de Maribel Verdú resulta aplacado por una bobería que se esparce como un virus por una cinta que pierde su rumbo y que, no obstante, esconde la patita de muchas cosas que se intuyen muy personales: el tratamiento de los personajes, el aire de vitalidad que se desprende de algunas escenas y ese soltarse la melena que acompaña a los títulos de crédito, cuando ya no hay remedio. Falta mordiente en los diálogos y la presencia de rostros populares, mediáticos o más bien catódicos provoca chirridos en un engranaje que merecía ser engrasado por el ingenio de Segura, sin descuidar la potencia de su personaje, en lugar de irse por las ramas. Con un arranque pésimo y una estructura que parece presentar dos películas en una, ‘Sin rodeos’ apunta esa disección satírica sociológica en direcciones como la dependencia a la nueva tecnología, internet, las redes sociales y los liderazgos construidos entre los likes, Facebook, ‘influencers’ e Instagram; y del otro lado, los golpes que se lleva la mujer, su condición e identidad, por todo tipo de abusos. Pero Segura no profundiza y se queda en la superficie de una comedia resbaladiza en la que Verdú combate a todo y a todos, especialmente a las trabas que su director pone a su propia película.
Guillermo Balbona comenta la actualidad cinematográfica y los estrenos de la semana
Sobre el autor
Bilbao (1962). Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense. Ser periodista no es una profesión, sino una condición. Y siempre un oficio sobre lo cotidiano. Cambia el formato pero la perspectiva es la misma: contar historias.