El cine tiene estas cosas. Una, la de admitir en un mismo largometraje dos películas diferentes: el thriller casi político pretendidamente serio sobre el terrorismo, sus lacras, el pasado y la memoria; y la bufonada de acción y violencia, entre la venganza y la rabia. Ambas confluyen en fronteras tan graves y trascendentes como jocosas. La otra singularidad radica en cómo asumir un disparate: un sesentón solitario pone en jaque a toda una organización terrorista y a los servicios policiales y de espionaje de un país. Lo cierto es que Martin Campbell echa mano de oficio y vocación de autoría Bond (Goldeneye y Casino Royale) y encarna físicamente esta epatante ecuación argumental con la presencia de Pierce Brosnan y Jackie Chan en un aparente duelo. A la sombra del IRA, en una curiosa regresión, jugando con facciones y amenazas, ‘El extranjero’ se marca un tour de force que parece actualizar Acorralado’ y, a su vez, instalarse en los márgenes de ‘Venganza’. Lo de tomarse la justicia por su mano ha dado numerosas filigranas y vueltas de tuerca, creíbles unas, sofisticadas otras, o simplemente entretenidas. Lo bueno de este regreso del cineasta de las entregas del zorro con Antonio Banderas, es que no se muestra pretencioso, pasa por la superficie de las cosas sin molestar y no engaña a nadie salvo a sí mismo. Porque, en realidad, Campbell no sabe qué hacer con su película. Si abordar con seriedad y gravedad las huellas de un legado terrorista como el acontecido en Irlanda o salir por la tangente con esta ‘Jackichanada’ entre tortas, golpes, estrategias militares, artes marciales, claro, y unas notas sentimentales para no perder la perspectiva. Ni que decir tiene que el equilibrio es imposible y que el filme se inclina por esta vía en una segunda parte tan predecible y plana que dan ganas de desertar o apuntarse a algún comando anti tomaduras de pelo. Brosnan, que hace de sí mismo, busca poner ese latiguillo de entereza británica, sutileza e ironía, pero resulta inútil tratar de superar el zarandeo emocional, entre golpes y aparatosas apariciones terminales. Lo del guerrero jubilado chanante triunfa con las escenas de acción que domina el director de ‘Linterna verde’ y se pierde en el suspense político terrorista, mediatizado por intrigas, traiciones y hasta atentados de cama. Además de incluir sorprendentes encuentros que no tendrían cabida ni en el manual de ficción-política más desconcertante. Como pompa de jabón, escurridiza y disparatada, la cinta admite una visión cómplice juguetona, de artefacto frívolo. Como reflexión sobre las fugas terroristas y sus ramificaciones todo resulta gaseoso y fugaz.
Guillermo Balbona comenta la actualidad cinematográfica y los estrenos de la semana
Sobre el autor
Bilbao (1962). Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense. Ser periodista no es una profesión, sino una condición. Y siempre un oficio sobre lo cotidiano. Cambia el formato pero la perspectiva es la misma: contar historias.