Wonder woman
2017 141 min. Estados Unidos. Director: Patty Jenkins.
Guion: Allan Heinberg
Música: Rupert Gregson-Williams.
Fotografía: Matthew Jensen.
Reparto: Gal Gadot, Chris Pine, Robin Wright, Connie Nielsen, David Thewlis, Dan
Esquemática, sin complejos, con aire retro de mirada primaria y valiente, cuando tiene que elegir entre algunas servidumbres del blockbuster y la recuperación de la aventura y su sentido vital, gana la segunda. ‘Wonder woman’ es una viñeta, un cromo coherente, lúdico y lúcido, que no se engaña a sí mismo y que aprovecha su viaje entre los mitos y la realidad, entre las geografías de la ficción, entre lenguajes y géneros con naturalidad asombrosa. En el filme de Patti Jenkins la mirada de mujer es rotunda, y tras ella caben los universos de superhéroes, el cómic, el espíritu de las franquicias (ya se prepara Wonder woman 2) y ese aire de bucle hiperconcentrado como un turbogenerador de mercadotecnia. Aquí no aflora el artificio de otras ocasiones, la gastada y cansina mirada, aunque sí aparece contaminada por un exceso de metraje, de subrayados de banda sonora y ruidoso combate final, con inevitable cámara lenta, y en busca del éxtasis de lo espectacular. No obstante, del arranque en la isla de las Amazonas, con ese paisaje mitológico de mujeres de leyenda, a la presencia omnipresente de Gal Gadot, una excelente elección, todo rezuma sencillez, declaración de ligereza, que no frivolidad, y divertimento. Lo kistch y lo clásico conviven en esta celebración de héroes accidentales, heroínas con mucha clase y perdedores dispuesto a inmolarse. Hay civilización y barbarie a ritmo de psicodelia, efervescencia y canibalismo de géneros e iconos, pasados por el cedazo de un feminismo y de una mirada femenina que desnudan los convencionalismos y los lugares comunes. Hay reivindicación sin caer en el panfleto, épica y sofisticación pero sin amaneramientos o retórica fácil. Su sencillez radica en que siempre antepone el entretenimiento a posibles alternativas pretenciosas. Hay bullicio, frescura, humor y cierto encanto. Exuda nobleza y eficacia. El sello del productor Zack Snyder, la franquicia de DC inaugurada con ‘Batman v. Superman: El amanecer de la justicia’, está detrás. Pero la mezcla entre caricatura y romanticismo, pintura y efecto digital, intimismo y exaltación de barraca destila pasajes interesantes. Pero frente a símbolos, excesos y texturas efectistas, el filme apuesta por el amor como fuerza invencible frente a la hora de la muerte. Patty Jenkins logra equilibrios entre la psicológica y la física y prima la honestidad al pasar de la luz de la primera parte del filme al lado oscuro de la segunda. El descuido principal viene del poco tacto y hondura que tienen los ‘malos’ de la sesión, como sucedía bajo la espectacularidad de ‘Titanic’, pero ‘Wonder woman’ consigue paliar el déficit con un elogio de la historieta y una limpieza de lo intrépido. Su vocabulario repasa sin gravedad las primeras lecciones de la evasión.