El testamento del dr. mabuse
1933 122 min. Alemania Director: Fritz Lang.
Reparto: Rudolf Klein-Rogge, Oskar Beregi, Theodor Loos, Karl Meixner, Otto Wernicke, Klaus Pohl, Wera Liessem. Thriller | Policíaco. Crimen.
Sala: Náutica. Filmoteca Universitaria. Jueves a las 20 horas.
Fritz Lang no sólo es un artista genial sino el más solitario e incomprendido de los cineastas contemporáneos». Lo dijo Francois Truffaut y tiene pocos argumentos en contra. Lang, que dejó atrás el expresionismo para ir configurando un trayecto moral y estético, es uno de los cineastas en los que la coherencia y la personalidad se funden en un objetivo claro: estilo, capacidad de síntesis, claridad y luz personal, de tal modo que la mirada sobre el mundo empieza y acaba en su obra. La culpa, la rendención, el poder están en su creación y ‘El testamento del doctor Mabuse’ no es una excepción. Diez años después de su primera aparición, Lang recuperó el fascinante personaje, una perversa mente criminal. Una figura que propició varias entregas que se adentran hasta los años sesenta. Lang, que en ‘Furia’ desarrolló toda una reflexión visceral sobre la violencia y la venganza, en su regreso a Mabuse traza una metáfora sobre el poder y las raíces del mal que le sirven de parábola visionaria sobre el nazismo, su modus operandi y su disección del thriller, desde el montaje en paralelo a la facilidad para potenciar un clímax. Curiosamente el filme comenzó como un encargo pero el cineasta utilizó el argumento de intriga y crimen para forjar toda una construcción moral, política, enérgica y letal sobre la maquinaria de Hitler. El propio Lang explicó la clave del filme: «los eslóganes y las doctrinas de la Alemania nazi fueron puestos en boca de criminales comunes». El pulso visceral del director unió las raíces del expresionismo, el avance de la mirada del cine negro y el combate político, lo que se plasmó en una trilogía a caballo entre Europa y Hollywood, entre su huida de Berlín y su etapa fundacional en EEUU, es decir, entre ‘M, el vampiro de Düsseldorf’, ‘El testamento del doctor Mabuse’ y ‘Furia’. Entre la oscuridad y la pesadilla, la sombra del horror y la silueta del mal, Lang escarba en la turbiedad moral y rescata al hombre. Alegoría tormentosa, la gesticulación e iconografía del nazismo cruza el territorio de Mabuse mientras el discurso hitleriano, sus arengas y la fuerza del mal toman todos sus rostros en un espejo fragmentado en el que caben la puesta en escena precisa y magistral, la elipsis, la alternancia hábil del mudo y del sonoro entrelazados y la seducción de ese estilo tan escondido como obvio. Película que permanece absolutamente viva, mezcla con eficacia y talento la aventura pura con la denuncia de un terror que avanzaba letal y sin freno hasta las entrañas de lo cotidiano.
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