La seducción
The Hum The Beguiled 2017 91 min.
Estados Unidos.
Directora: Sofia Coppola.
Guion: Sofia Coppola (Novela: Thomas Cullinan).
Música: Phoenix. Fotografía: Philippe Le Sourd.
Reparto: Colin Farrell, Nicole Kidman, Kirsten Dunst, Elle Fanning, Oona Laurence.
Género: Drama | Salas: Cinesa y Peñacastillo
Es como una de esas bolas de cristal con paisajes ensoñadores dentro. Al agitarse o ponerse del revés reproducen el fenómeno de la nieve, o un efecto de luz o de colores, aunque todo permanezca inalterable. Sofia Coppola realiza una apuesta esteticista, a veces hermosa, otras vacía, casi siempre indefinida pero interesante. Su historia es rosa sureña, vaporosa, de atmósfera sutil e irreal, como tamizada por una gasa que protegiera la extrañeza. La cineasta de ‘Lost in traslation’ muta al seductor de Don Siegel y Clint Eastwood en ‘La seducción’. Es decir, convierte al macho y el punto de vista masculino en un estado de las cosas en femenino plural. Son sus particulares ‘vírgenes suicidas’ (su mejor película) sureñas, cuya tensión sexual y despertares viven su particular iniciación al recibir la inesperada llegada de un apuesto soldado yanqui a su particular ecosistema de disciplina y complicidad. Hay muchas películas en una y quizá sea este el lastre que arrastra un filme de excelentes interpretaciones, tan desmayado como denso. En ‘La seducción’ hay sombras de cuentos góticos, lecturas políticas, relatos de terror e incluso una mezcla de huella del mundo de Jane Austen escorado hacia el D H Lawrence de ‘El amante de Lady Chatterley’. Coppola, que rueda con delicado pulso, recrea sobre todo un hábitat de mujeres solas, acaso un simbólico bucle representativo de lo que ha sido la historia y, a su vez, narra un cuento con ogros dentro (también la guerra) hadas y setas. La manifestación del deseo enciende los límites, las transgresiones y las formas. Un baile de acción-represión, de territorios más acá o más allá de la verja que delimita el escenario del filme, hasta un hermoso e inquietante plano final. ‘La seducción’ es irregular pero supera el ejercicio de estilo y se tiende por la superficie de la pantalla como si su Maria Antonieta fuesen ahora muchas otras. La elegante morbosidad del filme, las interpretaciones de Nicole Kidman y Kirsten Dunst, especialmente, destacan en una obra, sin embargo, cruzada por una inclinación melancólica, meliflua y fría que domina y controla y, en ocasiones, apaga el volcán de las pasiones. La intensidad visual, la irónica y gaseosa envoltura estrangula en buena manera el epicentro pasional de este melodrama masticado por la intriga, entre los ecos bélicos que discurren a escasos metros de la trama y el estallido de los cuerpos. Estilizada y sobria, juega irónicamente con las imágenes de postal de atardeceres y amaneceres brumosos donde el reinado femenino se preserva de la violencia exterior y construye un círculo cerrado de tonos marfiles, habitaciones abiertas al deseo y detalles de libertad reprimida. Sofia Coppola firma un cuento hermoso pero los revoltosos instintos primarios, la lujuria y el desgarro demandaban más furia y fulgor. A cambio, tenemos destellos y una violencia desparramada y caprichosa como los copos de falsa nieve de las bolas de cristal.