Señor, dame paciencia
España. 2017. (12). Comedia.
Director: Álvaro Díaz Lorenzo.
Intérpretes: Jordi Sánchez, Megan Montaner, Eduardo Casanova y Antonio Dechent.h.
Salas: Cinesa y Peñacastillo
Coral y a coro, pretende ser simpática y casi siempre resulta cargante. Parece una película de otra época, aunque su gracieta desprenda el aroma de las comedias de la transición. Quizás porque vivimos inmersos en una de ellas de manera permanente. Con cierto deje del españolito que encarnara José Luis López Vázquez, un tufillo a comedieta española de los setenta y esa especie de esqueje peligrosamente de moda de los ‘Ocho apellidos vascos’ y ‘Allí abajo’, ‘Señor, dame paciencia’ busca su salero en una zona de confort nada arriesgada. Chistes sobre tópicos, topicazos sobre las dualidades de la españolada (Barca/ Madrid, playa /campo, catalanes y el resto, a vueltas con la obsesiva y poco agraciada chispa sobre perroflautas, naderías y simplezas…) el filme juega con el ‘soy español, español, español…’ entre la rutina y lo convencional. La paella tiene los ingredientes habituales pero sabor, lo que es sabor, no llega nunca al paladar. Una combinación un tanto burda de intérpretes, eso sí, que saben estar en su sitio, donde lo regionalista, lo autonómico y lo autosuyo articulan los enredos, es un decir, de una familia que encauza todo ese torrente de prejuicios, estereotipos, etiquetas y lugares comunes. El sexo, las relaciones paternofiliales, la figura matriarcal como elemento de unidad y, por supuesto, la Guardia Civil, (como dejó claro un tráiler que ya contó toda la película) son los ejes del filme de Alvaro Díaz Lorenzo que transita deslavazado, pero seguro de sí mismo, entre situaciones simplonas, gags reiterativos, comicidad bobalicona y caricatura de trazo grueso. Lo primero que viene a la mente es que el filme parece el episodio piloto de una serie que Atresmedia podría programar en cualquier momento. Y lo último, la poca convicción con la que la comedia desestructurada quiere dar paso a un melodrama jocoso con moralina y dibujo superficial de los personajes en sus trances. El mando para ir cambiando de registro en la ficción lo tiene el actor Jordi Sánchez, en un trabajo que mezcla ‘La que se avecina’, la gesticulación a lo Mr. Bean y los antecedentes ya citados de la comedia española coral más frecuentada. Pero donde el filme se mira es en una reciente cinta francesa, ‘Dios mío, ¿pero qué te hemos hecho?’ donde Christian Clavier encarnaba una figura de corte similar: la del padre xenófobo e intolerante, que veía como sus hijas se casaban con representantes de toda la pléyade multicultural y religiosa.Entre hipérboles y soflamas sin delicadeza desfilan el yerno culé, el novio vasco gay y de origen senegalés (con referencia incluida a Iñaki Williams), y mucha Benemérita, Pues eso, paciencia.