Negación
Reino Unido. 2016. 110 min (TP). Drama.
Director: Mick Jackson.
Intérpretes: Rachel Weisz, Tom Wilkinson, Timothy Spall, Andrew Scott y Caren Pistorius.
Salas: Cinesa y Peñacastillo.
En tiempos de estridencia, ruido y vueltas de tuerca, entre el eufemismo y la reverberación de la mentira, bueno es toparse con un filme sobrio y exento de esa espectacularidad que busca tapar los agujeros negros y la falta de talento. ‘Negación’, un pulso judicial con tensión y desfile de grandes interpretaciones, supera la estética de telefilme mediante una estrategia narrativa basada en un suspense histórico, en una encendida empatía y una elegante puesta en escena sin artificios ni decoración superflua. Mick Jackson que, a excepción de ‘El guardaespaldas’ y ‘Fuego sobre Bagdad’, ha desarrollado una trayectoria vinculada a la televisión, firma un drama judicial con caligrafía a veces claustrofóbica, otras convencional, pero sin caer en esa representación plana tan frecuente en los formatos ad hoc de películas de juicios, casi siempre herméticas. El duelo y la rivalidad en torno a quienes documentan el Holocausto y los negacionistas sistemáticos del horror del exterminio judío practicado por Hitler en los hornos crematorios, es el fundamento que vertebra este juego dialéctico, más jurídico que histórico, en un intercambio de golpes bajos, estratégicas cruzadas, egos y competición entre bufetes, historiadores, falsificaciones y falacias, con el dolor al fondo. La ética, la pasión, lo visceral, la ley y la razón son los fragmentos y los totales de este catálogo de ideas y argumentos expuesto también de manera fragmentaria procurando alternar el discurso académico, la fidelidad de los datos contrapuestos y algunas gotas de ecos emocionales. El escritor e historiador inglés David Irving , con escasa reputación, logró sin embargo provocar más que ruido al demandar ante la judicatura inglesa a la historiadora americana y judía Deborah Lipstadt por haber desacreditado sus libros sobre Hitler con difamaciones. La paradoja radica en que la demandada tenía que demostrar su inocencia de calumnia. El filme que se detiene a menudo, pero sin propagandas innecesarias sobre el odio antisemita, juega su mejor baza en el tono, en el trazo de suspense que impregna el discurrir de los gestos, atmósferas y detalles. Conocido el desenlance y la obviedad del genocidio, ‘Negación’ hace hincapié con atractiva intensidad en la forma en que los agentes judiciales mueven su ficha en la sombra o en el escaparate mediático. Un caso real, una escritura sostenida sin altibajos y un duelo de toga y sinrazón, de lucidez y profesionalidad, de sentimientos y personalidad escenificado en los trabajos de Timothy Spall y Tom Wilkinson. La película deja que los supervivientes de la Shoah sean una sombra emocional permanente e ilustra con contenida mirada una visita al campo de Auschwitz. El dramaturgo británico David Hare, autor del guion, evita los caminos enredados y de forma esquemática y eficaz nos obliga a enfrentarnos al espejo de la realidad. En el presente de la posverdad y otras mentiras disfrazadas este thriller judicial se antoja una transparente bofetada en la cara de la policía del pensamiento.