El contable

EE UU. 2016. 128 m. (16). ‘Thriller’.

Director: Gavin O’Connor.

Intérpretes: Ben Affleck, Anna Kendrick, J.K. Simmons, Jon Bernthal, John Lithgow, Jeffrey Tambor, Cynthia Addai-Robinson.

Salas:  Cinesa y Peñacastillo

Es un thriller que esconde mucho dolor y mundos graves y oscuros. Y también una frivolidad muchas veces malsana con la coartada del entretenimiento. Una especie de Bourne autista que convierte determinadas inadaptaciones en espectáculo y que además pretende transformar al inadaptado en una especie de outsider inmortal. ‘El contable’ podría haber sido una película inteligente sobre la diferencia en un mundo que suele premiar la integración uniformada y la sumisión a un orden muchas veces trucado. Lo cierto es que es de esas películas que cuando realmente plantea algo serio y la situación parece trascender el espectador suelta una carcajada. Quizás contribuya a ello la interpretación de Ben Affleck que oscila entre lo hierático y lo irrisorio sin dar suficiente cuerpo a este trasunto de Lewis Carroll que en lugar de contar cuentos y hacer fotografías se dedica a ajustar cuentas pendientes y liquidar en todos los sentidos de la acepción. Lo peor es que el filme de Gavin O´Connor deja deslizar una sombra de que el personaje puede convertirse en el eje de una nueva franquicia pues trabajo no le va a faltar. Dada la limpieza con la que maniobra este contable de buenas maneras y muchos secretos, sin duda que tendría futuro en alguna formación política española. El filme que se pretende sinuoso y sibilino, es más bien burdo y disfraza sus carencias con ese híbrido tan de moda que consiste en tocar muchos géneros y realmente no tomar el pulso a ninguno. Si uno se lo toma con ligereza de pasatiempo, como un divertimento que mezcla la intriga conspiranoica, la cuadratura del círculo, el juego matemático y el enredo de la globalización financiera entones disfrutará con esta nadería diabólica. Cualquier intento de dotar de coherencia y solidez a la trama acabará en la frustración. El cineasta de ‘La venganza de Jane’ y ‘Warrior’ no encuentra el tono ni las formas, de modo que su contable es un batiburrillo de retales que pasan por la condición de mestizaje para ocultar su vulgaridad. O’Connor que brilló en ‘Cuestión de honor’ no logra dar empaque narrativo al perfil de un matemático obsesivo, que vive entre el aislamiento de sus traumas infantiles y la disciplina militar y el instinto asesino de la venganza como limpieza moral. ‘El contable’, que podría ser el paquete publicitario irónico de una firma de seguros, deambula indefinido y busca cuadrar las cuentas cuando ya han transcurrido dos horas de metraje. Uno no se aburre con las peripecias disparatadas y las salidas de tono de este personaje pero tampoco estamos ante un tratado del absurdo. Confusión y arbitrariedad envuelven a este blanqueador de capitales y de seres humanos. Un encuentro entre el contable y un matrimonio que pide asesoría económica, a lo hermanos Coen, es el mejor terreno abonado de una película con sicario, envuelta en el desvarío y con balances delirantes.