Criminal
2016 113 min. Reino Unido
Director: Ariel Vromen Douglas Cook, David Weisberg
Reparto: Kevin Costner, Gary Oldman, Tommy Lee Jones, Jordi Molla, Ryan Reynolds, Alice Eve.
Género: Thriller. Salas: Cinesa
Hay dos maneras de enfrentarse a este pseudothriller, pseudoartefacto de ciencia ficción y pseudopelícula. Como si estuviéramos ante un juguete rebosante de guiños, artificios mestizos y prótesis, todo ello envuelto en una capa de deja vu y molde domesticado. O como un capricho comercial al servicio de Kevin Costner, una estrellla estrellada. Lo singular es que ‘Criminal’ sorprende al comprobar cómo el actor y director de ‘Bailando con lobos’ está arropado por una nómina de intérpretes que la cita parece un remake de aquellas películas de catástrofes de los setenta como ‘El coloso en llamas’. A medio camino entre ‘El caso Bourne’ y producciones como ‘Cara a cara’ une los rostros de Ryan Reynolds, Tommy Lee Jones y Gary Oldman para conformar un thriller de tintes fantacientíficos, hipervigilancia, secretos y espionaje futurista tan poco consistente como en ocasiones ridículo. Ariel Vromen, cineasta de ‘The Iceman (El hombre de hielo)’, pretende con mucho amor propio, o poca vergüenza ajena, dar cierta coherencia a este desaguisado argumental entre conspiraciones, canallas y traidores. A lo John Woo pero sin sofisticación, ‘Criminal’ es un muñeco diabólico manido y, lo que es peor, manoseado para dotar a su protagonista de otra imagen ajena u opuesta a ‘JFK’ o ‘Wyatt Earp’. Entre Frankenstein y Poe, hombre y cuerpo ajeno muestran lados oscuros. La cosa se mueve entre la paranoia, el juego de venganza, la conspiración y la persecución. Pero casi nada tiene la suficiente personalidad para elevar la intención a categoría de sólido relato. Una historia sembrada por caricaturas, actores desmesurados y sucesión de tópicos. Pese a un arranque prometedor, la cinta llega a veces a lo irrisorio. Lugares comunes, un guion repleto de contradicciones y una trama enredadera, que se regodea en el exceso y que pasa por encima de casi todo. Carece de fuerza y de ideas claras con lo que ‘Criminal’ suena anacrónica, y se ve como un entretenimiento superficial que ni siquiera logra un mínimo engarce seductor. Casi dos horas para intentar recobrar la figura de un actor, aquí incluso mutado físicamente, en un trayecto muy movidito pero vacuo. No hay memoria ni alma en la composición y en la ficción de un filme que mezcla pero no agita este particular martini seco en el que se diluyen códigos de misiles nucleares, la amenaza de destrucción del mundo, entre la furia y la violencia, pero sin ingenio. Un filme formato bolsillo para consumo acelerado y trama de usar y tirar.