Intérpretes: Tom Hardy, Emily Browning, David Thewlis, Christopher Eccleston.
Salas: Cinesa y Peñacastillo.
No es fácil escapar de la iconografía manida y trillada de la mafia,
‘made in’ personaje surgido de las calles y crecido en un charco de
violencia. El cineasta de la sobrevalorada ‘Payback’ lo intenta con un
doble retrato de hermanos de bajos fondos a través de la incontinencia
interpretativa de un actor que ha surgido espumoso y efervescente,
arropado aquí por unos buenos materiales esenciales como la puesta en
escena y la fotografía. Pero a ‘Legend’, que elude el biopic al uso,
perfil de los gemelos Kray, gángsters que sembraron el terror en el
Londres de los 60, se le va la fuerza por la boca de una voz en off tan
omnipresente como caprichosa. Además la propia desmesura actoral de dos
personajes en uno, y un actor desdoblado, acaba por generar cierta
crispación narrativa a esta apuesta eficaz aunque hinchada. Aunque trata
de disfrazar su molde de ‘película de ascenso y caída’, ‘Legend’ es una
especie de ‘vaya par de gemelos’ con envoltura pop y actor desmedido.
Los Kray, mafiosos callejeros con ínfulas pero poca chicha para tener la
aristocracia de barrio de Los Soprano, ya tuvieron su filme encarnados
por Gary y Martin Kemp, del grupo Spandau Ballet. Para lo bueno y lo
malo esta nueva incursión en unas biografías relativamente interesantes
(todas los son pero más si se saben contar) responde no tanto al
cineasta Brian Helgeland como a la personalidad de Tom Hardy, acaparador
y voraz, y probable rostro de moda hasta el cansancio. En apenas cinco
años ha realizado doce películas y tras Mad Max será en ‘El renacido’ la
réplica de DiCaprio, mientras se especula como nuevo James Bond. Como
toda incursión negra de bajos fondos y matices de clan mafioso la sombra
alargada de Scorsese asoma de una forma u otra. Ocurre en ‘Legend’,
aunque la pompa de jabón, la retórica, el cuidado en su retrato de época
(lo mejor sin duda), adquiere una textura opaca que impide ver el
complejo bosque humano de los hermanos y su entorno. Abundan las
excentricidades, colisiona mucha veces la estética glamourosa con lo que
se cuenta, y el filme, en definitiva, araña pero no aprieta en los
aspectos más sórdidos con lo que todo parece atractivo pero ligero,
liviano, evanescente. También la interpretación padece una afectación
competitiva como si el Hardy uno quisiera imponerse al Hardy dos y ya no
distinguiéramos entre hermanos y radiografías humanas. En el corazón del
Swinging London palpita la leyenda pero el cineasta, antes guionista de
títulos esenciales como ‘L.A. Confidential’ y ‘Mystic river’, se
mantiene en un renglón pulcro pero poco torcido para adentrarse en la
entraña de esta peculiar familia. Lo convulso se queda en el duelo
interpretativo de un solo hombre. Y el esfuerzo se detiene en las
apariencias, mientras el drama interior pulula mirándose en el espejo
dual sin obtener apenas reflejos.
Guillermo Balbona comenta la actualidad cinematográfica y los estrenos de la semana
Sobre el autor
Bilbao (1962). Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense. Ser periodista no es una profesión, sino una condición. Y siempre un oficio sobre lo cotidiano. Cambia el formato pero la perspectiva es la misma: contar historias.