Salto al vacío con Red …. Bull
EE UU. 2015. 113 m. (12). ‘Thriller’. Director: Ericson Core. Intérpretes: Luke Bracey, Edgar Ramirez, Teresa Palmer, Delroy Lindo, Ray Winstone. Salas: Cinesa y Peñacastillo.
Todo es rutinario y vacuo. Y decirlo cuando se trata de ilustrar lo extremo, palpar el peligro y contar las dosis de adrenalina resulta entonces desconcertante. En realidad esta especie de falso remake encubierto demuestra cómo convertir lo extraordinario en algo corriente.
La cosa va de naturaleza salvaje, desafíos grandilocuentes y el más difícil todavía. Pero convertir una ola inmensa en una pirueta circense y una escarpada ruta hasta la cima, o una pared vertical con cascada, en un trapecio es más bien un pastiche documental reiterativo y, paradójicamente, plano y adonino. ‘Point break’, con el añadido inevitable y cansino de ‘sin límites’ –aunque todo se antoja muy limitado– es una presunta resurrección de ‘Le llaman Bodhi’, el filme sobrevalorado pero de culto de la después oscarizada Bigelow. Pero a excepción de la utilización del nombre, no existen aquí ni matices, ni sombras de perfil psicológico de personajes, ni tan siquiera el dramatismo mínimo que se le presupone a tanto tacto extremo. Como mucho esta historia de deportistas antisistema solo puede competir con los anuncios de bebidas energéticas en gente guapa, estampitas y estampados de autoayuda y mensajes trascendentales que no servirían ni para el lema de un anuncio de fragancia.
El filme está sembrado de referencias al camino, a la necesidad de encontrar las sendas personales y a metáforas simplonas de nirvana, realización personal y mesianismo. Sin embargo los diálogos sonrojantes y la filosofía de buenrollismo y buenismo telúrico tratan de disfrazar una excursión de surfeo y escalada revestida de thriller criminal. Acrobacias, escaladas y saltos espectaculares los hay, y muchos, pero la falta de tensión dramática y el vacío de los personajes deja todo en mero vídeo virtual despojado de emoción.
La saga ‘Fast and furious’ parece un drama de Shakespeare al lado de esta colección de cromos con tatuajes y folletos de promoción turística. Ericson Core, cineasta de ‘Invencible’, se empeña en que todo su filme sea una mezcla entre salto al vacío con red…bull y nadería de mensaje pseudofilosófico y ecológico todo a zen. El vértigo está asegurado. Nieve, agua, montaña, aire y una bombona de oxígeno entre un tiroteo ridículo y un argumento de multinacional de la mística a través de panorámicas de salón de lujo. Tras visualizar este sensacionalismo, dopado de megaobjetivos y fotografía con anabolizantes, solo queda intentar despegar los pies de la butaca y asomarse al precipicio de una historia sin fondo en la que quizás encontremos una macrofiesta con DJs sobre tablas de snowboard.