black coal
2014 106 min.China Director:Diao Yinan Reparto: Liao Fan, Kwai Lun-Mei, Wang Xuebing, Yu Ailei, Wang Jingchun, Ni Jingyangrs. Sala: Bonifaz. Cine Club. Filmoteca de Cantabria. Hoy a las 17 horas.
Viscoso y desconcertante el thriller que juega a no parecerlo es de esos filmes que suelen separar a crítica y público. A ‘Black coal’ le puedes alabar su constante búsqueda de la diferencia, de la fascinación y se le puede reprochar su excesivo ejercicio de estilo. No muy lejos de ‘Memories of murder’ y ‘La isla mínima’ la atmósfera, el clima, el entorno, el paisaje moral y humano, lo periférico tienen más importancia que la peripecia negra de policía, venganza, redención y aventura detectivesca. En el Festival de Berlín obtuvo el Oso de Oro superando curiosamente a ‘Boyhood’ la película de moda durante la última temporada. El filme sombrío de Diao Yinan es un documento realista, duro y crudo, exento de ornamentos, que tan pronto arrebata como repele. También contribuye al efecto sorpresa su contexto en esa China en transición en la que aparecen sombras capitalistas o fronteras difusas imprevisibles. El cineasta de ‘Night train’, cotizado guionista, busca el impacto y pacta con el estilo para perturbar pero también para regodearse en lo imprevisible. Su filme, objeto de atención por la sesión de Cine Club de la Filmoteca, mezcla con talento aunque descuide lo puramente narrativo, la excentricidad, la sutil sofisticación, el sentido del humor, la intriga suspendida del thriller y la sangre como vocabulario. ‘Black coal’ se distancia y desmarca del thriller al uso, de los mecanismos efectistas y códigos recargados y opta por planos desconcertantes, que propician el desasosiego y eluden el mero espectáculo. El cineasta chino parece congelar la imagen a la espera de que el espectador se implique en la escena y sea un personaje más en busca de una reacción. Todo es colisión, contraste. Diao Yinan opta por el relato elíptico, los escenarios sórdidos e insólitos, lo asombroso instalado en lo cotidiano. Paralelismos, encadenamientos, transiciones. Hay una cierta sombra de crítica social que discurre bajo el velo del policiaco, aunque no sea lo que más interese a su director. Símbolos y encrucijadas, misterios y fantasmas del pasado. El laberinto peculiar queda abierto al paseo minucioso, entre pasiones, secretos, extrañeza y atmósfera surreal. El filme, y su relato implícito cargado de la melancolía, avanza a golpe de evocación, de realismo sucio. Y entonces, entre el carbón y el hielo del título original, uno se desliza por la blancura del extrañamiento pero ya manchado inevitablemente por ese microcosmos golpeado por las sombras.