La Guerra del Planeta de los Simios
War for the Planet of the Apes 2017 – 142 min. Estados Unidos.
Director: Matt Reeves
Guion: Mark Bomback, Matt Reeves . Música: Michael Giacchino.
Fotografía: Michael Seresin.
Reparto: Andy Serkis, Woody Harrelson, Steve Zahn, Judy Greer, Gabriel Chavarria, Max Lloyd-Jones.
Género: Ciencia ficción.
Salas: Cinesa y Peñacastillo
Tras dejarse impregnar por la perfección tecnológica que emana de este inmenso poema sobre la importancia del lenguaje, bueno es rendir homenaje a la obra icónica de Schaffer que inauguró el territorio visual de ‘El planeta de los simios’ sobre la obra de Pierre Boulle. La desesperación de Charlton Heston arrodillado en la playa, la figura de Cornelius/Aurelio…forman parte de ese imaginario que traspasa la
pantalla para crear un campo sembrado de relatos fundacionales. Tras la fallida y desganada incursión de Tim Burton en el planetario simiesco, paradójicamente, a modo de precuela, ha amanecido un tiempo de
revitalización de esta simbólica y fantástica reflexión sobre la identidad humana. Matt Reeves, el cineasta de ‘Monstruoso’, firma un grandioso espectáculo en esta tercera entrega de la nueva vida otorgada a esta ficción. Entre el visionario y metafórico despliegue exento de artificio, y el intimismo más sutil, ‘La guerra del planea de los simios’ construye un arriesgado, lúcido y hermoso documento sobre el poder de la palabra y de la comunicación y la necesidad de poseer un lenguaje como herramienta de libertad. A la naturalidad técnica de los efectos especiales –la captura de movimiento en todo su esplendor–, el cineasta de ‘Déjame entrar’ incorpora una particular miscelánea mitológica y cinéfila donde cabe el viaje fordiano de ‘Centauros del desierto’, el descenso a los infiernos y al corazón de las tinieblas, con más que guiños explícitos a ‘Apocalypse now’ de Coppola, o el itinerario antropológico de hombre y naturaleza de ‘Las aventuras de Jeremiah Johnson’. Cómo reinventar, entre apropiaciones y homenajes una saga que no es tal y parecer casi fundacional. Cómo servirse hasta el límite de lo artificial de la parafernalia tecnológica y no caer en lo amanerado e impostado. Cómo adentrarse en la redención, en la lectura política (el líder ególatra seguido por la masa seducida, la construcción del muro, la fe ciega en la violencia y en el castigo…) y evitar la retórica y el mensaje burdo. Todo está expuesto de manera diáfana en esta dulce combinación de paisaje y hombre, de naturalismo y expresión digital. Sombrío y audaz, sereno pero lleno de arrebatos, este thriller con muchos exilios interiores, a caballo entre el western de su predecesora y el rizo bélico, adopta la forma de una odisea en busca de los límites de la identidad y la humanidad. Rotunda, simbólica, arrebatadora, mezcla con sabiduría y sin afectación la ansiedad de gran espectáculo y la complejidad dramática. Agua, fuego y nieve enmarcan los primeros planos de los primates, los signos, las miradas entre la niña y el adalid simio.., entre símbolos primarios y primitivos de esta grave y ceremoniosa distopía, no por ello emocionante, inquieto y enérgico manifiesto de agitación. De la épica a la aventura carcelaria, del
discurso abiertamente político a la redención. Un relámpago crepuscular en busca de una palabra fundacional.