A 20 pasos de la fama
2013 91 min. EEUU. Documental Dirección y guion: Morgan Neville. Reparto: Darlene Love, Merry Clayton, Lisa Fischer, Judith Hill, Mabel John, Claudia Lennear, Mick Jagger, Bette Midler, Sting....Filmoteca. Sala Bonifaz. Desde el 27 de mayo.
Las voces trabajadoras, no las de las estrellas, constituyen la columna vertebral de esta reserva musical. Un documento interesante en su concepción donde la atractiva música ahoga la dispersión y la superficialidad de la apuesta. La disección de esas voces vocacionales y entregadas, que no acaban de traspasar la frontera hacia el cielo, se queda en un mero homenaje a quienes quedan en un segundo plano frente a los famosos. El filme, en la última semana de programación de la Filmoteca de Cantabria, recorre testimonios de Bruce Springsteen, Stevie Wonder o Mick Jagger frente a los cantantes y artistas ‘secundarios’ que se sitúan a la sombra. Pero el filme de Morgan Neville se muestra tímido, se pierde en el ritmo y la sintonía emocional aparente, en el tono, y apenas araña las vidas ajenas que se ocultan tras las luces y el resplandor del escenario. Su riqueza primordial es más visual que humana.
El rescate de archivos televisivos conjugado con entrevistas contemporáneas, el juego de luces y sombras y, por supuesto, un guión dominado por la música, los ritmos y temas a veces archifamosos que han marcado la música popular del siglo XX. ‘A 20 pasos de la fama’ es un álbum de biografías desconocidas o truncadas, de voces escuchadas en fondos y acompañamientos pero pertenecientes a vidas ignoradas, invisibles o tapadas. Hay un cierto espíritu reivindicativo, un intento de reescritura.Ya saben, la búsqueda de esa historia no oficial sobre la música pop y rock, especialmente, y la trayectoria de cantantes, en su mayoría mujeres afroamericanas. Pese a la diversidad, lo cierto es que la ficción ha aportado más al acercamiento musical que algunos retratos documentales. ‘Bird’ de Clint Eastwood es un ejemplo de filme que se aparta de la superficialidad de los biopics y el mero uso del material de archivo manoseado.
El testimonio musical, el documento puro y duro, la crónica se alternan con los testimonios en esta oscarizada entrega. Todo es atractivo, refulgente, pero también blando, sin lograr sacar partido de ese lado oscuro en el que se mueven las auténticas protagonistas del filme. De Darlene Love, musa de Phil Spector, a Merry Clayton el trazado entre el talento y la invisibilidad tiene destellos muy bien resueltos y una combinación muy lúcida entre grabaciones, reflexiones y opiniones, aunque con poco poso. Protagonistas y secundarios comparten su pasión musical, pero queda en el aire una falta de concentración. Más ilustración sonora, coherente y equilibrada, que vibración emotiva.