Remando al viento
1988 96 min. España Director y guión: Gonzalo Suárez. Reparto: Hugh Grant, Lizzy McInnerny, Valentine Pelka, Elizabeth Hurley, José Luis Gómez, Virginia Mataix, Bibí Andersen. Náutica. Filmoteca Universitaria. A las 20 horas. Jueves 29
Byron, el poeta romántico por excelencia, le dice a Clara: «En el fondo del lago hay líquenes viscosos, pero si miras a la superficie solo ves tu propia mirada». Ese espejo entre lo diáfano y lo sombrío, lo superficial y lo profundo, es una de las esencias que late en un filme hermoso, que supuso un salto cualitativo en el engarce con el público para la carrera de Gonzalo Suárez. La Filmoteca Universitaria, ya en sus últimas citas del curso, revisa esta obra de reparto internacional con intérpretes españoles de hondo perfil teatral, caso de José Luis Gómez y Josep María Pou. El cineasta asturiano recrea el encuentro nocturno, con toda su mitología y seducción, de Shelley, Mary, Clara, Polidori y el autor de Childe Harold en su mansión suiza, que alumbrara en noviembre de 1816 la creación literaria de Frankenstein. Gonzalo Suárez apuesta por el elogio de la imaginación, reconstruye la línea difusa e inasible entre ficción y realidad, y, sobre todo, logra con energía que lo exquisito, la estética y la atmósfera conformen un paisaje especial. Un cine con personalidad, quizás algo relamido, que se atreve con una producción plenamente europea y con un sentido artístico rotundo. Con el moderno Prometeo de fondo, ‘Remando al viento’ propone una travesía existencial, una vuelta de tuerca a lo trágico, y solo un cierto prurito de esteticismo y pretenciosidad evitan que el vuelo sea más alto y prolongado. El filme a veces parece estar demasiado perplejo, enredado en la grandeza de lo que cuenta y en la seguridad de su elegancia y olvida exprimir el jugo gástrico de unas personalidades y de unas situaciones que propiciaban una marejada de emociones e inquietudes. Late y vive la literatura en su seno y la corriente subterránea de lo romántico permite que la navegación sea más llevadera. Quizás sea esta la ocasión en que mejor confluyeron y se conjugaron la querencia del Suárez escritor y cronista con el creador de imágenes. Lo sensible adopta formas muy diversas entre las sombras de un mundo que se derrumba: palabras, juegos y amores cruzan de una orilla a otra con extraña fluidez. Quizás falta arrebato, cierto sentido de la locura. Además el filme se vio perjudicado por la cercanía en el tiempo y la coincidencia en el retrato de ‘Gothic’ de Ken Russell, desmesurada e histérica propuesta como casi todas las suyas. No obstante, el espíritu romántico, la complejidad de las pasiones discurren entre los fotogramas. «El objeto de nuestra existencia está en la sensación». dijo Lord Byron. Y la escritura del filme de Suárez no lo desdice y lo abraza cómplice.