JORGE GUTIÉRREZ
Director general de Cantabria de Juventud y Cooperación al Desarrollo
Cree que la situación que atraviesa Grecia podría solucinarse si hubiera voluntad y califica el acuerdo entre la UE y Turquía de «aberrante»
EN LAS ALTURAS, PERO CON LOS PIES EN EL SUELO. Jorge Gutiérrez tiene claro que para ocupar su cargo debe vivir atento a todo lo que ocurre en Cantabria. La solidaridad y la justicia son las bases de su trabajo. :: Foto: Andrés Fernández
En la octava planta del edificio de Ministerios, en la calle Vargas, está el despacho de Jorge Gutiérrez, el director de Juventud y Cooperación al Desarrollo del Gobierno de Cantabria. Una gran foto de una escuela de Benin preside la sala, que tiene unas vistas preciosas. A este joven político le apasiona su trabajo, afirma que siempre le estará agradecido a la vicepresidenta Eva Díaz Tezanos por haberle elegido para este puesto, y cada vez que habla de temas concretos de cooperación señala que se le ponen los pelos del brazo de punta. Está muy sensibilizado con los refugiados, cree que lo que están viviendo en Grecia es una vergüenza y que el acuerdo que en marzo firmó la Unión Europea con Turquía «es aberrante porque no respeta los derechos humanos ni tratados como la Convención de Ginebra, que prohibe las deportaciones masivas».
–¿Cómo vive alguien con su cargo la situación por la que atraviesa Europa?
–Con muchísima preocupación porque creo que no se está haciendo todo lo que habría que hacer. Sólo hace falta tener voluntad y está claro que no se tiene.
-¿Cómo valora la actuación del Gobierno de España?
–Lamentable, insensible y dramática. El Gobierno ha estado racaneando con el número de refugiados que íbamos a traer. Cuando vio la presión social que había, dijo que los que mandase Europa. Y después, el Ministerio de Servicios Sociales, que es el responsable de estos temas, le pasó la pelota al Ministerio de Economía para que dijese cuántos refugiados podía acoger España. ¡El Ministerio de Economía! Ese Ministerio tiene que dedicarse a otras cosas y no a ésta, teniendo otros organismos como tenemos.
–¿Qué parte de culpa de esta falta de definición tiene que no tengamos Gobierno?
–Mucha. Un Gobierno interino no se ve con la suficiente fuerza para tomar estas decisiones.
–Entonces hasta julio, como mínimo, seguiremos igual…
–Seguiremos poniendo parches (suspira con resignación). Como los 18 que han venido, que no deja de ser un parche porque podrían venir muchísimos más. Se necesita que este país esté liderado por un presidente que tenga voluntad.
–La sociedad cántabra está sensibilizada con esta causa.
-Mucho. Es muy abierta, está muy preparada y es muy receptiva. Me siento muy orgulloso y me consta que no en todas las regiones de Europa es así. Hace unos días hicimos un llamamiento a los profesionales sanitarios de la región y, en cuestión de horas, teníamos a gente dispuesta a viajar e irse donde hiciera falta a echar una mano. Y nos hemos encontrado con personas anónimas como Fátima Figuero que, a través de las redes sociales, consiguió reunir doce toneladas de ropa y calzado para enviar a Grecia. Con gente como ella, cómo no va a estar uno orgulloso de su tierra.
–¿Qué le diría a quienes no vieron con buenos ojos que Cantabria se ofreciera a traer a 200 refugiados?
–Esta región, como muchas otras de España, es segura para ellos. Aquí ya tenemos 60 que vinieron mucho antes del éxodo masivo que se está produciendo en los últimos meses. Y aquí están integrados.
–¿Qué solución ve al problema de Grecia?
–Estoy convencido de que podría acabarse de hoy para mañana si hubiera voluntad.
–¿Y a qué esperamos?
–Todo depende del Gobierno de España, que es el que tiene potestad de refugio y el responsable de que no hayan venido más que 18. Es una vergüenza porque once comunidades autónomas hemos pedido que se convoque la Conferencia Sectorial de Inmigración y no lo ha hecho desde septiembre. En cuanto vieron el cariz que estaba tomando el asunto y que entrábamos en campaña electoral decidieron no convocarla, y eso que lo hemos pedido por activa y por pasiva.
–¿Durante este año que casi lleva en el cargo ha vivió algún momento del que se sienta especialmente orgulloso?
–Un momento concreto no, pero sí muchos pequeños. Cuando la gente viene a una reunión, agradece mucho que alguien del Gobierno les escuche. Entiendo que una reunión puede ser algo ‘pequeñito’ para un Gobierno, pero para la gente que pasa por aquí es algo muy importante.
–¿Cómo se encontró su departamento cuando llegó?
–No se había mimado nada durante los últimos cuatro años y la vicepresidenta Díaz Tezanos quería hacer de este departamento un área de bandera. Cooperación es hablar de solidaridad y justicia, y nosotros, como Partido Socialista, defendemos y creemos en ello.
–¿Ha viajado como voluntario a algún lugar o su trabajo es más de despacho?
–Todavía no he ido a ningún sitio, pero no por falta de ganas sino porque aquí hay mucho que hacer.
–¿Qué reto se ha marcado para esta legislatura?
–Si consiguiera que dentro de tres años las ong, el voluntariado y las entidades que trabajan en cooperación fueran un sector fuerte, preparado y con músculo, sería un gran logro.