Doce organizaciones, sindicatos y partidos rechazan el pacto Unión Europea-Turquía

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Ciudades de todo el mundo, entre ellas Santander y Castro Urdiales, rinden homenaje a los 65 millones de personas que han huido de sus países

Los jardineros de Cantabria han homenajeado a los refugiados plantando en Atarazanas un ‘Hibiscus Syriacus’, una rosa de Siria. :: FOTO: DANIEL PEDRIZA

Los refugiados no están solos. Hay una parte importante de Europa que condena firmemente la actuación de las autoridades europeas ante el mayor éxodo de la historia tras la Segunda Guerra Mundial. Y ayer, 20 de junio, el mundo les rindió un homenaje en el Día Internacional del Refugiado con marchas por las calles de las principales ciudades exigiendo la retirada del acuerdo migratorio entre la Unión Europea y Turquía, reclamando vías legales y seguras para los refugiados y pidiendo mecanismos de acogida acordes con la legalidad internacional.

Cantabria no faltó a esta cita y organizó una concentración por la tarde en la Plaza de las Atarazanas de Santander, donde diversos artistas cántabros apostaron por la viabilidad de la acogida. Castro Urdiales también se volcó con los refugiados gracias a Pilar Machín, la médico de familia del centro de salud de Colindres que el pasado mes de mayo trabajó como voluntaria en el campamento griego de Ritsona. Ayer, muchos vecinos de Castro se interesaron por su experiencia y conocieron la labor que están realizando Acnur, Médicos sin Fronteras y la Asociación Ciudadana de Ayuda al Refugiado Cantabria Actúa.

La médico Pilar Machín explicó a los ciudadanos que se acercaron hasta el stand cómo es la vida de los refugiados en el campamento de Ritsona.

Por la mañana, decenas de cántabros, a través de organizaciones sociales, partidos políticos y sindicatos mostraron su desacuerdo con el pacto firmado en marzo entre la Unión Europea (UE) y Turquía. Todos se sumaron al manifiesto nacional ‘SOS Refugiados’, con el que se pretende que los estados de la UE modifiquen el enfoque de las políticas de migración y asilo, «y pongan en el centro a las personas y sus derechos».

Así lo explicó en Santander José Carlos Ceballos, el portavoz de las organizaciones firmantes de Cantabria que, además, es el representante de la Asamblea de Cooperación por la Paz. Ceballos tildó de «bochornoso, inaceptable e ilegal» el acuerdo firmado el 18 de marzo por los líderes de la UE con Turquía con el que se «vulnera» todo lo estipulado previamente en la Carta Internacional de Derechos Humanos, en la de los Derechos Fundamentales de la UE, en el Convenio Europeo de Derechos Humanos y en la Convención de Ginebra para los Refugiados.

Lo que parecían garantías para todos aquellos que pensaron que en Europa podrían volver a empezar, se han convertido en papel mojado para las 65,3 millones de personas –la mitad niños– que en 2015 estaban lejos de sus hogares de manera forzosa, una cifra espeluznante teniendo en cuenta que huyen de países en los que el futuro que les espera está vinculado a la violencia y el hambre. Por eso se fueron. Y Europa, de momento, les ha acogido cerrando las fronteras y obligándoles a hacinarse en campamentos donde las condiciones de vida son indignantes.

Las claves de la declaración

El manifiesto ‘SOS Refugiados’ insta a la UE y a sus Estados a cumplir la legalidad europea e internacional; a retirar el acuerdo de la UE y Turquía; a habilitar vías legales y seguras para que los refugiados no tengan que arriesgar su vida; a garantizar una acogida digna y adecuada protección, así como la protección de las organizaciones y personas que apoyan a los refugiados. Los firmantes también piden al Gobierno español que retire su apoyo al acuerdo de la Unión Europea con Turquía y que «lidere el cambio en esa política»; que agilice la acogida de personas refugiadas; que lleve a cabo acciones específicas de información y sensibilización de la opinión pública; y que luche contra el racismo y la xenofobia.

Ceballos no ha querido pasar por alto la actuación del Partido Popular durante este último año y le acusó de «demostrar, una vez más, una falta de solidaridad con las personas que más lo necesitan», con independencia de que sean ciudadanos residentes en España o personas que buscan refugio en el país y en Europa. También señaló que «de los 18.000 refugiados que España se comprometió a acoger antes de septiembre de 2017», solo se ha permitido la entrada de 124 –todos ellos llegados en los últimos ocho meses– y que en 2015, el 70% de las demandas de asilo no fueron admitidas.