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Jesús Serrera

A Capella

Racing, del 'azul gaviota' al lábaro

 

 

La historia tiende a repetirse, aunque está por ver si sus lecciones son aprovechadas. Como sucedió en 2011, el Racing entra en agonía en los meses previos a las elecciones y se convierte en un elemento trascendente en el choque de las estrategias partidarias. El club acaba de salvarse del KO sobre la bocina, al permitir la Liga de Fútbol Profesional (LFP) su inscripción para competir en Segunda División, pero bajo la espada de Damocles de la deuda y la necesidad imperiosa de obtener recursos para subsistir, sigue vigente el riesgo de desaparición, con un coste político, igual ahora que hace tres años y medio, importante para el Gobierno de turno.
Bueno, algunas cosas sí parecen haber cambiado. Al menos no se barrunta en el horizonte un nuevo esperpento tragicómico con personajes exóticos como Alí Syed,  fugaz en el tiempo, pero tan opaco que ya veremos si los tribunales aclaran el enredo y el manejo del dinero público empleado para evitar la desaparición del Racing a cien días de las elecciones.  Con lo que ha exprimido el PP la operación de los Agudo, López Marcano y el famoso diagnóstico de Revilla sobre el ‘hombre rico y sabio’ que era Alí, como para repetir aventuras de ese tenor.
No. El Gobierno del PP se ha propuesto intervenir en el Racing, pero protegido por una distancia de seguridad, sin involucrarse directamente. Nadar y guardar la ropa. Que se vean, se sepan y se valoren aquellas gestiones que ayuden a la supervivencia del club centenario, pero a resguardo de eventuales fracasos que, de producirse, serían en todo caso responsabilidad de los anteriores gestores del club y del Ejecutivo PRC-PSOE que consintió y/o alentó los desmanes.
Por ahí han ido los contactos de Ignacio Diego con el ministro Cristóbal Montoro (y después con Javier Tebas, el presidente de la LFP), y los de la diputada nacional cántabra Ana Madrazo ante los máximos responsables de la Secretaría de Estado de Hacienda y de la Agencia Tributaria. Pero conseguir el ‘papelín’ que certificase la moratoria de la deuda de 6,5 millones de euros se demostró un objetivo imposible con la directora general de Recaudación, Soledad García, estricta en la normativa y muy refractaria a las presiones políticas como ella misma se encargó de aclarar a los consejeros del Racing con los que se reunió a finales de julio.
Ahora que el prodigio de ingeniería contable diseñado a uña de caballo para la LFP por Juanjo Uriel, economista y consejero del Racing, ha obrado el ‘milagrito’ de la inscripción para jugar en Segunda, no se agotan ni mucho menos las incertidumbres. Para empezar, la deuda con Hacienda sigue ahí acechante y el embargo de los ingresos es un riesgo cierto que amenazaría la viabilidad del club en cualquier momento. Hace falta dinero, unos nueve millones de euros. Ahora toca la ampliación de capital que, con los plazos legales obligados, no culminaría al menos hasta bien entrado el otoño.
Dinero e influencia
La atomización de la propiedad del Racing en muchas manos racinguistas es una suerte de fenómeno paranormal del que todo el mundo habla, pero que nadie ha visto en más de dos décadas como sociedad anónima deportiva. Lo último, claro, sería poner dinero público, una decisión muy arriesgada con los antecedentes conocidos y la crisis económica y el desempleo todavía sin domar. Así que se impone retomar la búsqueda de inversores que se hagan con la mayoría accionarial. Hasta ahora, más buenas intenciones que ofertas concretas: la OID, una empresa tecnológica cántabra y grupos empresariales mexicanos y argentinos, pero siempre con las inevitables contrapartidas que exigen en sus negocios.
El futuro del Racing se mantiene en esa larga guerra política entre el PP y el PRC, con el PSOE de oyente. Los populares vigilan desde la distancia el timón del Consejo, que ahora tiene ya las acciones cedidas definitivamente por el expropìetario Jacobo Montalvo –un gesto de buena voluntad, ya se verá si correspondido en el pleito en el que le tiene metido el Gobierno– para neutralizar la influencia de la Fundación, de querencia regionalista, con Bernardo Colsa como principal referente.
El Racing ya no está en la élite como en 2011, pero el racinguismo sigue muy vivo, como se ha demostrado en esta larguísima crisis. Hace diez días, unos 3.000 aficionados recorrieron la ciudad. Reclamaban la despolitización del club, pero el caso es que salieron de la sede del Gobierno y llegaron al Ayuntamiento, con escala en Hacienda, o sea tres administraciones que gestiona el PP.
En fin, un caudal de votos no despreciable está en juego en el Racing, o al menos eso creen quienes se lo disputan. Así que en este clima, cualquier hito se interpreta desde el registro político y merece encendidos debates. Como ejemplo, la ¡tercera equipación! del equipo que se acaba de conocer. El ‘azul gaviota’ del PP se ha quedado en el camino para dar paso al rojo burdeos y al lábaro de las banderas cantabristas que han ido copando la grada joven de los Campos de Sport. Nada es por casualidad.

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Crónica, opinión y análisis de la actualidad. Con todas las voces, sin acompañamiento instrumental

Sobre el autor

Bilbao. Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad del País Vasco. En El Diario Montañés desde 1982. Subdirector. Sobre este blog: Crónica, opinión y análisis de la actualidad. Con todas las voces, pero sin acompañamiento instrumental. Se agradecen las sugerencias para mejorar el repertorio.


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