A medida que avanza la campaña, los ataques cruzados ganan en intensidad, los mensajes se hacen más alarmantes, a veces más confusos o mal interpretados, se suceden las encuestas más o menos fiables o interesadas y así el campo electoral se va embarrando progresivamente.
Sin mayorías a la vista tras el 26-J, emergen las propuestas alternativas para evitar una tercera cita electoral. Cospedal, secretaria general del PP, dijo en Santander que los ciudadanos quieren que gobierne el partido que gane las elecciones. Unas horas antes, el socialista Jordi Sevilla defendía en un escueto tuit que asuma el poder la formación que acredite mayor apoyo parlamentario.
Esta idea resulta más borrosa en sus intenciones, aunque se supone que Sevilla está pensando más en sumar con Albert Rivera que con Pablo Iglesias. De hecho, muchos barones territoriales del PSOE preferirían dejar en el Gobierno al PP, al menos durante un tiempo, si se verifica el temido ‘sorpasso’ de Unidos Podemos.
El PP de Cantabria prepara la segunda mitad de una campaña que no ha tenido grandes hitos. Cospedal ya no es una estrella fulgurante, pero es de lo más lucido que Génova enviará. La esperanza de los populares de que Mariano Rajoy le haga un hueco a Cantabria se diluye con los días.
Los populares tienen buenas sensaciones de crecimiento, aunque el tercer diputado que persiguen a costa de Ciudadanos no es un objetivo fácil. La tarea esencial de lo que queda de campaña es reforzar la idea, sobre todo en los núcleos urbanos, del voto útil y del miedo, convencer al electorado que les ha castigado en las últimas convocatorias electorales de que solo un PP fuerte puede frenar el avance de la izquierda radical. Que el respaldo a Ciudadanos no evita ese riesgo, sino que lo incrementa. Por el momento, los sondeos no han reflejado la eficacia de ese argumento.
La política cántabra también entra en campaña. Barra libre para la crítica de PP, Podemos y Ciudadanos en los temas vidriosos que gestiona el PSOE, como Sodercán o el nuevo calendario escolar. Desde luego, mucho más respeto en estos días para Revilla y su gente. Toca repartirse el voto regionalista disponible el 26-J.