Atribuyen a Giulio Andreotti, siete veces presidente del Gobierno de Italia y ministro en otras 22 ocasiones, la idea de que el poder desgasta sobre todo a quien no lo tiene. La hipótesis es más certera en el ámbito municipal, donde los alcaldes gobiernan con menos trabas y más visibilidad política que en otras instancias, y desde luego se confirma en Santander. Íñigo de la Serna camina con firmeza hacia su tercera mayoría absoluta y, como en 2011, su potencia en las urnas puede resultar decisiva para las expectativas del PP en las elecciones autonómicas del 24 de mayo.
La impronta de De la Serna, el político mejor valorado, viene a ser la mitad del cuerpo electoral de Santander, un tercio del total de Cantabria. No llegará al récord de hace cuatro años del 56,2% de los votos y 18 concejales sobre 27, pero los 14/15 que le asigna el sondeo cumplen el objetivo de la mayoría, mientras que en el espacio restante reina la dispersión con cinco partidos que no llegan a cuatro ediles en ningún caso.
A la espera de que se pronuncien los muchos indecisos, los ocho años de gobernanza municipal en un paisaje general de crisis y desempleo han hecho menos daño al alcalde que a la oposición. El discurso de modernidad cultural y tecnológica de De la Serna o la transformación del frente marítimo parecen tener un calado más profundo entre los ciudadanos que la deuda municipal, las reivindicaciones y las carencias de los barrios que denuncian sus adversarios políticos y los movimientos vecinales. Por lo demás, es innegable que los 36 años de gobiernos del centro-derecha en Santander desde 1979 acreditan una tendencia política muy marcada y resistente a los cambios.
El PSOE profundiza en la caída de 2011 (de 5 a 3 concejales) y eso que su nuevo candidato, Pedro Casares, es mejor valorado que su partido. Es posible que cohesión interna y la renovación que transmite el equipo socialista recién elegido puedan mejorar el pronóstico a lo largo de la campaña. El PRC repite con José María Fuentes-Pila y el sondeo le sitúa (de 4 a 2/3), por el momento, muy lejos del desafío asumido por el candidato de crecer hasta convertirse en el primer partido de la oposición. Santander se resiste al PRC.
Frente al dominio del alcalde y del PP, solo lo nuevo prospera. Por un lado, la asombrosa irrupción de Ciudadanos (3 ediles) merced al impacto de la marca y de su líder nacional, Albert Rivera, con un joven candidato local, David González, más conocido entre sus antiguos compañeros en el PSOE que por el común de los ciudadanos. Y por otro, la izquierda radical, que no ha sabido resistirse a su atávica tentación de marchar dividida.
La plataforma que respalde Podemos entraría con claridad (2) en la corporación, pero no con un poderío exultante en el principal medio urbano, allí donde el partido de Pablo Iglesias habría de tener su mejor caladero. Los dos escaños que la encuesta concede a Izquierda Unida subrayan el mérito de su candidato, Miguel Saro, en un momento de enorme tribulación para esas siglas en toda España.