Campeones del mundo. Mola. Y cuando nadie daba un duro por nosotros. Mola más. Y cuando algunos de los que nos las damos de entendidos y sapientes de este deporte habíamos hecho ya nuestra composición de lugar sobre el fracaso de los hispanos. Pues sí, mola también. Hay veces en los que equivocarse de plano produce menos dolor. Las penas con pan… ya se sabe.
Decía Sterbik al final del encuentro que el equipo había salido tan concentrado por la exhibición de los daneses ante Croacia, que de esa preocupación rayana en lo asustadizo había nacido la concentración necesaria para desarmar a los daneses en el único punto en el que somos iguales que ellos: la defensa. El bueno de Arpad no lo dijo así, claro, pero creo que es lo que subyace en el fondo de sus palabras.
Los días próximos serán las horas del análisis y de desmenuzar las sorprendentes situaciones que dejó la final. A diferencia de la victoria de 2005, España no ha ganado el título mundial con una propuesta novedosa; lo ha hecho con las armas tradicionales, las que siempre fueron referencia para cualquier equipo: la defensa y la portería. Porque atacar atacan bien casi todos los equipos. Esa asignatura rara vez la suspende nadie en un torneo, pero los finalistas suelesn serlo porque sacaron sobresaliente en el otro hueso: la defensa. Aceptaré que España tuvo un camino más cómodo hacia la final que los daneses, pero ese argumento por sí solo en absoluto explica el hundimiento de los de la península de Jutlandia a partir del minuto 20 de la primera mitad, que es cuando se rompió el encuentro.
La explicación se encuentra en que España entró en contacto continuamente con los atacantes rivales a la hora de defender; está en la excelsa coordinación en los cambios con el pivote para tener claro siempre quién debía salir yquién debía vigilar; está en la imperial actuación de Sterbik, que acabó por ser una obsesión para los daneses, que hicieran lo que hicieran acababan mandando el balón sobre alguna aprte del impresioannte corpachón del serbio nacionalizado español. Eso era por el cansancio, se puede insistir. Quizá, pero tampoco explica el cortocircuito de gente como Hansen.
Al final la explicación estará en mil detalles. Desde la deficiente gestión de los recursos del preparador danés en los cuartos y en la semifinal, hasta las órdenes sencillas y claras que VAlero introdujo en la cabeza de sus hombres, pasando por sorpresas como la aparición del hasta ese momento casi inédito Cañellas como cerebro o las dudas de las torres danesas a la hora de salir o quedarse para defender a los laterales.
Valero Rivera, del que soy el primer crítico, ha sabido gestionar magníficamente bien el equipo. Ese es su gran mérito. Su fama de conductor de grupos no está ganada por casualidad. España es campeona del mundo. Con brillantez, con claridad, sin suficiencia.
Pues ya estamos. Ya somos finalistas. Segunda ve z que llega a la lucha por el oro en un Mundial. Y hasta ahora somos los mejores en eso, llevamos un 100% de efeciacia…
Bromas aparte, hay dos hechos que quisiera destacar del partido ante Eslovenia.
1.- Mada más acabar el encuentro redes sociales como twitter recibían comentarios loando la inteligencia del equipo nacional para no ganar a Croacia y así encontrar la aprte más cómoda del cuadro.
Trapalladas. Majaderías. España no ganó a Croacia por la razón más simple: el rival fue mejor. ¿Qué ahora ha salido beneficiada? En apariencia, sí, pero hasta que esto no acabe no se podrá juzgar.
2.- España ganó porque defendió mejor. Sencillamente. No fue mejor ni en la portería ni en el ataque, donde se atascó por la propia incapacidsad de los centrales para ordenar el juego, pero atrás fue durante muchísimos minutos un muro demasiado alto para un equipo con tan poco lanzamiento como el esloveno. Guardiola y Morros, en cuanto cogieron el sitio y el ritmo de las circulaciones de los exyugoslavos, pusieron el candado.
Quién sea el rival en al final es, sinceramente, accesorio. Croatas o daneses son lo mejor del mundo, ellos sí han disputado ya la final… pero en semifinales. Viendo la trayectoria de cualquiera de ellos, hay que reconocer que son más equipo que España, que tienen más argumetnos, recursos, virtudes y son menos abundantes sus errores. Pero en Túnez España barrió en la final a la misma Croacia que nos ganó en la primera fase. Al final, gana el que más crece, elq ue mejor evoluciona, el que encuentra su ritmo y estilo de juego con más rapidez. SDecía Sterbik tras el tercer encuentro que España iba creciendo. No seré yo el que corrija al bueno de Arpad, pero me van a permitir una pequeña matización: España crece, efectivamente, pero los centrales son los únicos que no lo están haciendo al mismo ritmo que el resot, y no sé si eso no acabará por ser un problema.
Espa ya está en semifinales. Magnífico. Lucharemos por medalla. Estupendo. Y Aguinagalde, MVP del partido ante los alemanes, celebraba el reconocimiento señalando a Sierra. Exquisito.
En general, en los deportes de sala en los que se juega con poretría, el guardameta es una pieza fundamental. En juegos en los que la distancia es corta entre el disoparo y la portería, tener en la meta a alguien que detenga la pelota, la bola, el disco es determinante para, además de no encajar, provocar la réplica que permita hacer gol. Y esta circusntancia es especialmiente importante en el juego del balonmano. Algunos técnicos cifran el valor del portero en el 60% de influencia en el juego del equipo. Puede ser. En cualquier caso, algo tan intangible como e4s lo que implica la actuación del hombre solitario del equipo sobre el resto del conjunto, es difícilmente cuantificable.
Veamos un ejemplo.
Ante los germanos, Sterbik no tocaba bola y encajaba todo lo que llegaba a su portería. ¿Estaba Arpad con el día tonto? ¿Arpad no las paraba porque los alemanes lanzaban con demasiada comodidad? ¿Y porqué empezó a pararlas Sierra, porque acertaba o porque la defensa lo hizo mejor?
Cualquier argumento que se utilice para justificar una u otra situación será probablemente cierto en al menos un parte. Sierra paró la primera, un lanzamiento bastante cerrado del extremo derecho teutón, probablmente porque hizo algo que hasta ese momento no había hecho Arpad, que fue quedarse pegado al poste y ofrecer el ángulo largo al lanzador. Y a partir de ahí todo empezó a rodar mejor. Sierra cogió confianza, la defensa empezó a asentarse y el puzle encajó con más o menos orden.
Todo ello, explicado de manera somera y rápida, lo que deja claro es que para ganar un Mundial hay que tener la mejor portería. Y buenos lanzadores y defensores, y un central o varios. Por supuesto. Pero es entre los tres palos el lugar en el que hay que ser especialmente sólido.
En este Mundial está siendo, sin duda, Alilovic, el portero de Croacia. El problema para los balcánicos es que Ivic no parece dar suficientes garantías el día que el ex de Ademar tenga el día tonto. Y lo tendrá. Y algo similar pasa en Dinamarca, y en Eslovenia. Sobre el papel, por tanto, la portería más compensada es la de España. ¿Asegura algo esa circusntancia? Si, que hay más variaciones, más opciones. Y en un Mundial, con la calidad que hay en este además, es complicado que los dos porteros estén mal a la vez.
Y dicho todo esto, daneses y croatas son los que mejor están jugando, así que si me piden un pronóstico, les diré que el que salga de esa semfinal tiene muchas papeletas para ser campéon. El problema para el que llegue a la final es que lo hará después de una batalla a buen seguro dura. Y eso es un arma con doble filo.
Muy bien. Fenómeno. Estamos en cuartos de final. Lo mínimo que se podía pedir a España. Serbia no fue el rival tan temido que algunos nos esperábamos. Bueno, ni tan temido ni nada parecido. Aunque gran aprte de ese mérito lo tiene la propia selección española. No es fácil reponerse de la injustísima roja a Viran Morros endosando un 0-2 de parcial en infierioridad a los balcánicos. Y eso hay que apuntarlo en la columna de las cosas buenas.
Ahora llega Alemania. Una Alemania que no es la de otras veces, ciertamente, pero que derrotó a Francia, y eso son palabras mayores. Esa victoria les hace triplemente peligrosos, porque les ha dado el plus de confianza que necesitaban después de su dubitativo inicio de campeonato. Y medirse a alemanes co la moral alta es una complicación evidente.
No voy a analizar aquí las virtudes y defectos de la selección teutona. Eso lo hace mucho mejor que yo Miguel Ángel Pindado en los periódicos de Vocento y en especial en El Norte de Castilla. No. Prefiero fijarme en un aspecto que me preocupa de la selección: a portería.
Alguno dirá que de qué voy. Y es lógico. En teoría, para defender esos seis metros cuadrados de espacio tenemos a dos de los mejores del mundo: Strebik y Sierra. Lo malo es que solo juega uno, el serbio-hispano. Que no digo que está mal que lo haga. No. Entiéndaseme. Digo qeu Arpard no siempre está tan fino como para jugarse el 90% del partido. Y no es un crío, y aunque este año está sufriendo menos en la Liga que en años anteriores, su tendencia a las lesiones musculares es un hecho que debe cuidarse.
Ayer era un buen día para que el onubense Sierra tuviera minutos de verdad. El partido estaba m´ñas que controlado y el guardameta del PSG no lo iba a estropear. Pero no, el conservadurismo de Valero tiene estas cosas.
Espero que no pase factura
Este dominmgo acaba la priemra fase del Mundial de Balonmano. Y este domingo empezará lo realmente interesante. Lo que ha venido sucediendo hasta ahora son fuegos de artificio, o poco más. Existe tanta diferencia entre los equipos europeos y los del resto del mundo en este bendito deporte, que la fase de grupos es un autétnico tostón cuando no se miden equipos del continente. Acepto que el argumento suena a clasista, pero es lo que hay. ¿O alguien piensa que Australia ganaría sdin problemas a un segunda nacional? Yo creo que perdería claramente frente a cualquier equipo español que milite en esa categoría. Pero, claor, como es Mundial y tienen que juagr de todos los países, pues el de Oceanía es siempre o casi siempre Australia. Y ya me contarán que nivel balonmanísitico hay por ahí.
En fin, que por lo visto hasta ahora, que es más bien poco, todo apunta a que daneses, franceses, serbios,quizá bielorrusos, húngaros y croatas, van a estar en la pomada.
¿Y España? ¿De España no dice nada?
No, no es que no diga nada, pero faltan las piedras de toque de Hungría y de Croacia para poder hacerse una idea. Los rivales hasta ahora no han pasado de ser adversarios par un entrenamietno más o menos itnenso. Y aún así contra Egipto ya hubo una pájara preocupante….
España sigue sin convencerme por lo que he visto hasta ahora. Aceptable en defensa, el ataque es muy errático, caótico, sin ideas claras. La clarividencia de Raúl Entrerríos se va a echar mucho de menos. Sarmiento y Ruesgacarecen de la fina capacidad del asturiano para leer el juego entre líneas. Probablemente porque ninguno estuvo nunca a las órdenes de Juan Carlos Pastor. Raúl era un gran juagdor hasta que cayó en manos del nuevo entrenador del Pick Szeged, que lo moldeó con una precisión de alfarero de lujo. Pero esa es otra historia.
El jueves tenemos enfrente a Hungría, con su juego poderoso desde fuera, sus extremos veloces y sus porteros de calidad. Veremos entonces
Comenzó el Mundial. Albricias y parabienes. Supongo que en una entrada de una bitácora como este casi que se esperaría ver una loa al juego de España por su tirunfo. Quizá. O quizá un sesudo y argumentado análisis sobre la versatilidad de los sistemas defensivos y ofensivos de Valero Rivera.
Pues no.
No va a ir de eso.
El Mundial ha empezado y la selección española me ha ofrecido lo que esperaba: poco. Argelia no es rival para medir nada positivo y sí para sacar a relucir defectos. Pero es el primer partido, y tampoco se trata de hacer sangre. Ya veremos qué pasa. Los tres primeros rivales (Argelia, Egipto y Australia) no deberían ser casi ni rivales, y si alguno se convierte en ello es que entonces somos peores de lo que nos creemos.
Pero vamos a lo que quería decir.
Un Mundial debería servir para potenciar el deporte que se muestra ante el mundo. Debería servir para que aquellos que no lo conozcan sientan cierta curiosidad por ver algo que aparenta ser distinto. Un Mundial debería ser… exactamente lo que me temo no va a organizar la Federación Española de Balonmano. Si usted está leyendo estas líneas, lo que le agradezco de todo corazón, será por una de estas razones:
Es familiar mío.
Le gusta el balonmano.
Ninguna de las anteriores y está en sta página por un error incontrolado del señor google
De lo que estoy convencido es de que no habrá llegado picado en su curiosidad ante lo que ha visto en las redes sociales, o en el proceloso mundo de internet. En esos mundo casi ni existe el Mundial.
Porque, claro, igual usted vio algo en teledeporte, se acordó de que había Mundial y se fue a la página web de la federación a buscar información. Mis más sinceras condolencias, amigo. Probablmente aún se esté recuperando del susto que se llevó al ver el rubicundo rostro de Alberto Entrerríos sonriéndole con afectada bondad. Seguro que empezó a mover el ratón en busca del enlace que le sacara de esa pesadilla. Y no lo encontró, claro. No existe. Y ahí tuvo que tragarse la foto fija mientras un remusgillo de temor le recorría las costillas.
Afortunadamente, paasados unos segundos, el señor se va y aparece….Bueno, no sé que aparece. Algo antiguo, monolítico, en blanco y en azul -¿porqué?-, que a lo único que invita es a salir de allí. Pese a todo, haciendo un esfuerzo, usted se queda para trastear y ¡cullons! si esto no es el Mundial, si aquí habla de la Liga femenina, y las selecciones territoriales y … Ahhhhhhhhh… hay un enlace al Mundial. Bien. Pinche. ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Un PDF!!!!!!!! la Guia del Mundial es un PDF. No puede ser. Aquí, arriba a la izqueirda hay otro enlace. A verrrrrrr… ah, no, es solo para comprar entradas.
Veamos, que aquí hay otro enlace…. No, no está disponible. Lástima. Me voy. Que les den.
En el argot del balonmano, un fenicio es un mal jugador, y, por extensión, un mal equipo.
En cuestiones de internet y de promoción del balonmano, la Federación es la fundadora de los fenicios.
Por cierto, España arrolló a Argelia. Argelia es muy flojita, pero no es fenicia. Eso se queda en suelo patrio
El viernes comienza el Mundial de balonmano. España debuta ante Argelia. España no es favorita. Bueno, nos dicen que sí, pero es que siempre somos favoritos a algo. Solo hubo una vez en que no lo fuimos. Fue en 2005. Acabamos siendo campeones. Esa manía nuestra de llevar la contraria…
Esas cuatro frases podrían ser el inicio de cualquier comentario sobre el canmpeonato, y serían ciertas, pero se quedarían en algo muy superficial. El Mundial de balonmano y España tienen algo más de profundidad, aunque probablemente el final no difiera mucho de todo lo que ha ido sucediendo en los últimos años.
Pero vamos por partes, que diría Jack El Destripador.
1.-España no va con la mejor selección posible. Las lesiones de Raúl Entrerríos y Ugalde dejan al equipo un poco cojo. Ruesga no es, ni por aproximación, tan versátil conmo el menor de los Entrerríos.
2.- El susutituto de Ugalde es un júnior. Un buen extremo, sin duda, pero es muy dudoso que sea capaz de suplir la labor de Ugalde en el adelantado de la defensa. Rivera, como siempre, tomando decisiones extrañas que vuelven a dejar sospechas sobre su doble condición de entrenador y representante.
3.- Los medios nacionales parecen entusisasmados con la capacidad defensiva de la selección. No es de extrañar, ante Chile, Japón y Brasil apenas ha encajado goles para los estándares del balonmano. Claro, que nadie que conozca el balonmano se puede tomar muy en serio que se haga un juicio sobre la labor defensiva con esos tres rivales. Los brasileños son buenos en chicas, pero muy discretos en chicos; los chilenos… estarían al nivel de ALbania en fútbol; y Japón era de los mejor en Asia hasta la aparición de los coreanos. Son tres buenos esparrings, pero en absolutos rivales que puedan evaluar con una mínima fiabildiad el trabajo de la selección.
4.- Es posible que las ayudas arbitrales de las que careció España en Londres o en Serbia hagan acto de aparición. Es lo lógico en un deporte en el que los que dirigen el cotarro tienden a compensar, favorecer al grande o al local y a contemporizar durante los partidos. Al menos espero que cuando eso ocurra seamos los suficientemente honestos como para rasgarnos las vestiduras como lo ahcemos cuando nos perjudican. Lo espero, que conste, aunque no creo que seamos capaces de hacerlo
5.- Me alegraré mucho si España gana el Mundial, pero, sinceramente, lo dudo mucho. Portería tenemos, capacidad defensiva, probablemente también, pero veremos cómo funcionamos si no podemos pasar el balón a al pivote. Seguimos sin lanzamiento exterior capaz de solucionar los atascos. Y eso no es culpa de Valero Rivera, que conste.