Los Reyes (Magos) se han portado muy bien. Sabedores de mis necesidades me han traído desde Oriente cosas muy necesarias. Como un libro que me enseña a cómo aguantar a tanto borrego como hay por la calle. Y otro volumen sobre ‘Enseñando sonrisa se es más feliz’. Éste de parte del compañero de profesión, estupendo comunicador en Punto Radio, Jesús Mazón. Y también, y lo agradezco infinito, una ley que prohibe fumar en bares y restaurantes. No entiendo que los locales que tienen terraza en el Paseo de Castelar de Santander no las han abierto desde primeros de año para que sus clientes puedan echar un buen … cigarro.

El año acabó con baile y cotillones. Chic too chic con una despampanante morena en el pub Dower, en Soto de la Marina, descubro que es Toñi Salazar que ha pasado la Nochevieja con su novio, Roberto Liaño en casa de sus suegros en el pueblo de Liaño de Villaescusa. El padre de Roberto, Mamerto, el taxista de Liaño, es en estos momentos uno de los hombres populares del valle. Sabe todo sobre la próxima boda de la pareja. Sabe tanto del tema como la periodista Carmen Hornillos, de Torrelavega, ahora en el programa de Teresa Campos, feliz como una perdiz en el medio televisivo, que le rechifla desde que éramos jóvenes y nos íbamos de barbacoa por Cantabria. Hornillos es descendiente de los italianos que poblaron Cantabria el siglo pasado y trajeron las artes de cómo conseguir las mejores anchoas del mundo mundial. Hay gente a la que el Año Nuevo le ha traído grandes regalos. Como a Javier Ceruti, de la asociación conservacionista regional Cantabria Nuestra, y abogado de profesión. Ha sido padre y en la noche de la cabalgata de Reyes estaba radiante pensando en el regalazo de este año. También hay obsequio para el alcalde de Santander, Íñigo de la Serna: el próximo lunes cambia de dígito y cumple cuarenta añazos, nada menos. Entrando en una edad hay que cuidarse mucho. Lo dice Adolfo Hernández, fisioterapeuta que mantiene a punto las espaldas de numerosos cántabros. Entre otras, trató la de Severiano Ballesteros. «Hay que hacer algo de deporte, moverse para mantenerse en forma», dice él que está tan joven como hace diez años. Por cierto, los Reyes también me trajeron un tratamiento facial rejuvenecedor sin pasar por el quirófano, que no me vaya a pasar como a la esposa de un ex político cántabro, que de tanto arreglarse parece que es su propia hija, o su sobrina, puesto que sólo tiene hijos varones. Otra ex política, María Luisa Alonso, se convertirá este año en consuegra de Rosario Santos, propietaria del Hotel Santemar, el más grande desde Madrid al Cantábrico. El hijo Fiochi Alonso se casa con la hija Hernández Santos, uniendo así a dos conocidas y respetadas familias santanderinas.

Por cierto, al alcalde de Santander o a quien corresponda: deseamos que el fin de la cabalgata de Reyes, cuando Sus Majestades suben al balcón, tenga un poco más de puesta en escena, un poco más de fin de fiesta. Hoy, día 7, los jardineros tienen mucho trabajo en Santander. La concejala de Parques y Jardines, Carmen Ruiz Lavín, estará, supongo, disgustada. Los parterres desde Puertochico hasta el Ayuntamiento quedaron arrasados, literalmente arrasados. Eran miles las personas que bajaron a ver a Melchor, Gaspar y Baltasar. Y cuando más de tres mil se reúnen, pasa(n) de todo.

Para empezar bien el año releo el ‘Romance de la Magdalena’, del periodista Pedro Crespo de Lara. En él habla de cientos gentes de Cantabria. ‘A Dolores Gorostiaga dos hadas amadrinaron; de una le viene el duende y de la otra, el don de mando’. Otro verso: ‘En la playa de El Camello la pintora Gloria Torner ha encontrado una colección de sueños, ya el primero lo ha pintado’.

Entre mis peticiones para este nuevo año está que se amplíe la ley contra el humo en los bares y restaurantes y que la ministra Pajín (la más odiada del firmamento por impedir fumar en la hostelería) saque una norma que impida que el humo de la fritanga inunde los comedores ¡Sería la rebomba!