Al compás del chacachá

España. 2015. 90 m. (7). Comedia. Directores: José Corbacho y Juan Cruz. Intérpretes: Lola Dueñas, Rossy de Palma, Aida Folch, Carlos Areces, Rubén Ochandiano, Imanol Arias, Miki Esparbé. Salas: Cinesa y Peñacastillo.

Al compás del chacachá/del chacachá del tren…». Pues ahí va el trenecito, a modo de cosa coral y adecentada como si El Consorcio hubiese puesto sintonía a esta comedia que se deja en el camino la alta velocidad y saca de los raíles al personal en más de una ocasión. Sin tensión, con los vagones a medias y muchas cosas que quedaron en la estación, incluyendo alguna maleta con el guión, la nueva película del tándem José Corbacho y Juan Cruz es una diluida comedia que nunca define ni ajusta sus trayectos, distancias y metas.

Pudo ser una radiografía sociológica gamberra, un alocado enredo costumbrista o un divertido intercambio de golpes, aprovechando su excelente reparto. Pero ‘Incidencias’, la nueva película de los creadores de ‘Tapas’ y ‘Cobardes’, es un ejercicio de humor desangelado, cuya comicidad se ve pasar por la ventanilla pero nunca se fija en la historia de este AVE varado en tierra de nadie e inexplicablemente con muy pocos pasajeros. Es un viaje teñido de manual de sociología que con pretensiones de mensaje se muestra incapaz de profundizar en su retrato sobre la intolerancia, también el racismo, la corrupción o la idiosincrasia de un país, sus resortes y sus tics.

Demasiado equipaje para tan escasa potencia. Lola Dueñas y Carlos Areces se bastan y sobran para acaparar cordura y coherencia, carácter y lucidez donde todo apunta a que esta metáfora de tren de Nochevieja puede descarrilar en cualquier momento. Entre el ‘No controles’ de Borja Cobeaga, pero menos cocida, y la odiada ‘Los amantes pasajeros’, el coro de esta caricatura sobre la picaresca, a la que le falta un buen traqueteo, sufre una colisión continua entre sus diálogos y su falta de fe y riesgo. Muchos personajes se quedan estancados, las subtramas inconexas y el corpus principal (una serie de entrevistas a los pasajeros a modo de investigación resulta un recurso tan facilón como mal planteado). Los creadores de la serie ‘Pelotas’ no ocultan su cinefilia, emiten pulsos de lo que pudo haber sido una vitriólica mirada social con algo de bisturí y cuidada disección, y como ya han demostrado en otras ocasiones Corbacho y Cruz,  una especie de Coen de barriada, les va la marcha mezclando géneros. Pero en ‘Incidencias’, la comedia, la denuncia y el tipismo no tienen maquinista ni energía que agiten este thriller caricaturesco donde todas las criaturas esconden algo. Sin embargo ni la claustrofobia muestra sus credenciales ni el retrato de los prejuicios acaba de tomar el mando. Lo de extraños en un tren es aquí más cierto que nunca.

El desmadre hubiese salvado el billete. Pero ‘Incidencias’, sin incidentes que dejen huella, se ahoga en su encrucijada, en su frío cálculo, y todo sufre un lento desvanecimiento. La fricción con el otro, el rechazo de lo diferente, verdadero choque de trenes, se queda en mero pasaje hacia ninguna parte.