Estamos en el momento ideal para adquirir y cocinar carne de toro de lidia. Terminado el ciclo de corridas de la Feria de Santiago, en algunas carnicerías de Santander se puede encontrar este producto que posee unas cualidades muy interesantes, una carne con partidarios y detractores, como la misma fiesta. Chuletas, solomillo, carne para estofar… De todo, menos el famoso rabo, se encuentra en estos establecimientos, la mayoría de ellos ya habituales de este tipo de carne desde hace años. Abel, en Cuatro Caminos, y Javier, en Guevara, son dos de ellos, además de Antón, en la calle Luis Hoyos Sainz. Este último, además, ha dado un paso más al frente y oferta hamburguesas y albóndigas de toro. En las tres se puede comprar carne de las corridas del abono de la Feria de Santiago, ahora además con algunos días de cámara para evitar ese sabor ‘bravío’ de la res recién sacrificada.
Una manera fácil de comer carne de toro de lidia es en estofado. Para ello hay que pedir un buen trozo de carne –1/2 kilo para cuatro personas– para su preparación y que el propio carnicero lo parta en trozos más o menos regulares.
Ya en casa, se sazona, se le añada pimienta molida, unas ramas de romero y laurel, y se deja macerando en vino tinto durante 24 horas aproximadamente. El caldo, cuanto mejor sea más sabor le dará al plato.
Una vez macerada la carne, se pone a pochar en una olla exprés cebolla en abundancia, ajo, pimiento verde, pimiento rojo, carne de pimiento choricero y zanahoria, además de un chorrito de agua. Una vez dorada la verdura se añade la carne, se cierra la olla y se deja, una vez subidos los dos anillos, tres cuartos de hora.
Para finalizar se separa la carne de la salsa, que pasaremos por el chino. Como guarnición, unas patatas fritas, champiñones y trozos de la propia zanahoria que habremos reservado de la mezcla para hacer la salsa. Fácil de hacer y realmente sabroso.