Estamos muy cerquita de comenzar a quitar de la mata los primeros tomates de la temporada. Ya empiezan a colorear y a estar en su punto para ponerles en el plato con lo que se quiera, aunque con un chorrito de aceite de oliva virgen y un poquito de sal gorda es suficiente. Ojo al vinagre: utilizamos buenos aceites y muy malos vinagres, precisamente en un país donde se hacen grandes vinos.
Habrá que reservar aquellas piezas más maduras y de peor presentación para hacer tomate frito. Sartén, aceite caliente, tomates bien pelados y sin pepitas un poco de cebolla, otro de pimiento verde y sal –todo bien picado– y a cocer tres cuartos de hora, aproximadamente, y a fuego lento.
Una vez bien triturado será el acompañante perfecto para el bonito, un buen bacalao, unos huevo fritos caseros o una morcilla de arroz de aquí o de Burgos.