Por Fátima Figuero
Campamento de Ritsona, 10 de Junio, año 2016.
Mustafa (Edad24), su esposa Fatima (18) y su cuñado, Mohamad (22). Mas de 2 meses y 21 días esperando en un campamento para ser re alojados. ” No vinimos aquí persiguiendo grandes sueños. Vinimos porque destruyeron nuestros hogares y a nuestras familias. Solo buscamos un hogar para mi futuro hijo, que esta en camino. Perdimos todo lo que nuestro país construyo. Nos arrancaron todo. Dejamos atrás a nuestros padres y hermanos. Llegamos para vivir en un país seguro. Nosotros no somos terroristas. Todas las personas que han arriesgado sus vidas para llegar a Europa, quieren Paz.
Nosotros no somos terroristas, Daesh nos mata a nosotros. Nosotros no queremos matar a nadie. Nosotros amamos a las personas.
“Yo no vengo de un año prehistórico, para vivir como Mowgli. En Siria, tenia mi propio negocio, mi coche, dos casas en la ciudad y una en la villa. Todo lo que pude salvar se lo hemos dado a las mafias para salvarnos. Hemos caminado por semanas sin mirar atrás. Hemos subido a botes inseguros, durante la noche en pleno invierno, poniendo en riesgo la vida de mi mujer y la nuestra.
Por que nos trata Europa así? Hasta cuando aquí? Todos los días son iguales. Yo no quiero que nadie me regale nada, ni vivir de la caridad. Solo quiero llevar el pan a mi casa con mi propio esfuerzo, con mi trabajo.
Por que los voluntarios vienen aquí a pasar las vacaciones? Por que no nos ayudan? Por que los voluntarios de las organizaciones nos obligan a ponernos en una cola para comer? Por que gritan a mi mujer si no esta perfectamente colocada en la fila? A que vienen aquí voluntarios que no muestran ninguna consideración con nuestra condición de ser humano? Hasta cuando nos van a tener así?”
No hay agua caliente, ni electricidad. Aquí no hay seguridad, ni para los niños, ni para las mujeres embarazadas, ni para las personas mayores.
Cinco minutos mas tarde de ser tomada esta foto, pude comprobar por mi misma lo que se vive realmente. Vinieron corriendo varias personas a avisarme que una mujer se estaba poniendo de parto. Trate de llamar a un teléfono de emergencia que una persona tenia, no había respuesta. A las 8 de la tarde no había ninguna persona en el pequeño puesto de la cruz roja, donde atienden mareos o dolores de estomago, provocados por las condiciones del agua y el escaso alimento que les suministran.
– Mira te comerías tu esto? (Me enseñan unas patatas cocidas con moho)
Me llevo una hora encontrar un hospital con la mujer agonizando en el coche. Finalmente pude encontrar un Hospital. Tuve que limpiar la camilla donde la dejaron. Los enchufes del hospital estaban arrancados. La basura del hospital en los pasillos.
El bebe venia prematuro. Es un ninio.